viernes, 10 de octubre de 2014

Tema 1. La comunicación Actividades finales. Texto A: Cinco horas con Mario

Tema 1. La comunicación
Actividades finales. Texto A: Cinco horas con Mario
1. En el texto, la protagonista y narradora, Carmen, habla con su marido recién fallecido. En este caso, ella es la emisora y su marido es el receptor. En una situación real, diríamos que no existe "auténtica comunicación", pero aceptando la ficción de la novela, existe una comunicación unidireccional entre Carmen y su marido. El código es el lenguaje verbal oral (representado, aquí, de forma escrita) junto con elementos del lenguaje paraverbal, como la entonación o la suspensión de la voz. La entonación se transmite mendiante los signos de exclamación e interrogación ( "¡qué frío, Santo Dios!", línea 6). El canal de transmisión es auditivo (el aire). El mensaje, todo el monólogo de la viuda, es una retaila de recuerdos de la vida juntos en tono de reproche.  En cuanto a la situación comunicativa, es un encuentro muy íntimo, en soledad, suponemos que en un velatorio y de noche, entre una mujer y su marido recién fallecido.
En realidad, lo que se transmite, la intención comunicativa (teniendo en cuenta el tono de reproche) es una última queja amarga de la viuda sobre algunos aspectos de su matrimonio; da la sensación de que está dando rienda suelta a todo aquello que no ha podido decirle a su marido en vida.
2. Las funciones del lenguaje que dominan en este fragmento son la expresiva y la poética.
El lenguaje está utilizado en su función expresiva porque Carmen muestra sus sentimientos y pensamientos acerca de su marido. Se realiza a través de elementos lingüísticos como el uso de la primera persona ("yo misma lo reconozco", "te digo") verbos de opinión ("pienso"), muchos términos valorativos ("gustos proletarios, la pobre mamá, la vena rumbosa, el muy imbécil, un mísero duro..."), uso de la modalidad exclamativa("¡qué frío, Santo Dios!, ¡Qué horror, cariño!") y la alteración del orden lógico del discurso ("el camarero aquel pelicorto, el muy imbécil, no me digas")
La función poética, propia de textos literarios como este en los que se destaca la forma del mensaje, se percibe en la riqueza expresiva de la protagonista, en el uso de frases hechas (me dejaste fría), de recursos retóricos como la hipérbole ("todavía me duelen las plantas de los pies, me hacías pasar las penas del purgatorio"), interrogaciones retóricas ("¿a qué viene comprometerse con una chica?, ¿Es que hay derecho a eso?") y adjetivos explicativos ("mísero duro, un buen día...")
3. Respecto a las variedades de la lengua, la narradora emplea la lengua castellana moderna, en su variedad septentrional (zona de la meseta castellana), con un nivel culto y un estilo informal.
El nivel de lengua es culto porque se utiliza un gran riqueza léxica (variedad de vocabulario) y una sintaxis cuidada y compleja (periodos oracionales largos: "que a mí, a poco de hacernos novios, cuando me dijiste..."); además, hay ausencia total de errores: se respeta la norma lingüística.
El estilo es informal porque se reproduce una conversación íntima entre una viuda y su difunta marido. Los factores de la situación comunicativa, como son la estrecha relación entre los interlocutores, la intimidad en la que se produce la comunicación y la imposibilidad de respuesta, propician el estilo informal, en el que la narradora se expresa de forma espontánea y libre. El estilo informal se transmite a través de las características propias de la función expresiva que ya hemos comentado.  No aparecen, sin embargo otras características del registro informal como la elipsis, el uso de palabras comodín, repeticiones o frases cortas, debido a nivel social culto de la hablante.
Variedad histórica / diacrónica
castellano moderno
Variedad geográfica/diatópica
variedad centro peninsular (septentrional)
Variedad social / diastrática
nivel culto
Variedad funcional / diafásica
registro o estilo informal
6. En cuanto a los principios que rigen la comunicación hay un incumplimiento de los principios de cooperación y cortesía  propiciados por la unidireccionalidad de la comunicación. Se incumple, por ejemplo, la máxima de cantidad: la protagonista transmite una misma idea varias veces: "porque me sublevo, que es imposible remediarlo, es superior a mis fuerzas", o elude máximas de cortesía como suavizar las críticas ("me doy cuenta de lo poco que siempre supuse para ti") o evitar las autoalabanzas ("una chica de una posición tan buena como la mía")

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